Galopan en mis adentros todas las posibilidades de vida presente, gratitud inmensa al milagro.

Galopan en mis adentros todas las posibilidades de vida presente, gratitud inmensa al milagro.
Aquel destierro nos ha hecho fuertes.

lunes, 14 de noviembre de 2016

Las palabras que embarazan.
Imágenes perceptibles, las toco, me tocan.
Cadenas oxidadas en mi lengua, con estas manos marcadas y dolidas les saco, de a una, con cuidado y algo de asco.
Una, dos, tres, cuatro.
Catorce (del 1 al 4).
Se me revuelven las tripas, lo siento en mi garganta.
Finitas y largas.
Tiro despacio, siento el sabor metálico del óxido que crearon a través del tiempo.
Asco y nostalgia.
En la cúspide una flor carnosa, podría decir que era de loto, pero no, es otra flor, una que no tiene nombre y que tampoco es flor.
Las palabras y La palabra.
El número ONCE (11).
Las manos en la posición del vacío, número dos, garganta, rojo.
Temblor.
Regreso.



((7 Lunas - 14 de Noviembre))

((Fotografía Yamila Arrua))





viernes, 19 de agosto de 2016

He escrito un poema, un cuento, algunas palabras desperdigadas por mi habitación mental, algunas historias escritas en las vísceras de mi cuerpo hoy humano, algunas prosas, algunas letras que serán canciones entre los resquicios de mis tejidos, de mis acciones, de esas canciones que al salir desesperadas como brotan las semillas de lechuga entre los escombros, así... y ya no me pertenecen, dejan de ser mías, si es que alguna vez lo fueron.

He escrito una poesía, ¿a quien le importa?.

He escrito una poesía, a mis callos en las manos, a mi estómago frágil, a mis intestinos que se empeñan por enseñarme no se qué con ese dolor insoportable.
He escrito una poesía, a la lucha, a la pena, a la cumbia de mis vecinos.
He escrito una poesía, a mis lágrimas, a mi esfuerzo, a mi amor por la tierra y el agua, que todo limpia, que todo muestra.

He escrito una poesía, al amor, a la vida, a las plantas, al sol, a la voz, a los animales, a mi, hoy.






miércoles, 3 de agosto de 2016

3 DE AGOSTO DEL 2016

-En estos meses he pasado por tantos estados emocionales que ya perdí la cuenta, entre revueltas y búsquedas, recuerdos y dolores, reencuentros e introspección, lágrimas y sonrisas, despedidas y bienvenidas.
Agosto es un mes tan particular, ya no recordaba como se vivían los agostos en Buenos Aires.
Este frío entumecedor, la lluvia y la hastiante humedad, la peculiaridad hermosa de los atardeceres desde Haedo y sus casitas de tejas que reflectan la luz del sol, la sombra de las 35 palomas en el cable de la vecina, la casita, el gobierno, la lucha, mi cuerpo, el tiempo, las decisiones, el viaje, los trenes y toda esa contradicción que me inunda al verlos de nuevo.
Cuando era chiquita, por estos meses con mi vecinito nos gustaba jugar debajo de la parra a buscar caracoles, los ponía a todos en una mesa del patio de la abuela, cuando tenía unos cuantos, nos sentábamos a verlos, a gozar de su simple existencia y luego les buscábamos el mejor lugar de la rama más anudada de la misma para dejarlos a todos juntitos, espumosos y babosos.
Recuerdo las botas de lluvia, la mamadera caliente llenita de chocolate, la tristeza inentendible y la inocencia de la niñez...
En este mes se fue mi maestro/hermano de esta tierra, con sus siete soles casi recién cumplidos.
Fue una noche fría del año dos mil cinco, días en los que mis huesos por aquella hepatitis b no respondían bien y lo que me reconfortaba era dormir, solo dormir.
Hoy recordé sus manitas en la tierra buscando lombrices en el rancho del barrio en 1998 y la pava que alguna tía le dio para que jugara, recordé sus ojos verdes que parecían mandalas, su piel y pelo lacio, el ajedrez que pidió como regalo de cinco, su cuarto, su letra, su inteligencia y delicadeza.
Le enseñé a cruzar las calles prestando atención a los dos lados, estaba ansioso por cruzar solito.
El viento en su cara corriendo feliz.
Hice mucho esfuerzo mental para no olvidar su voz y también para tener una relación amorosa y cercana aunque su carne no esté presente, el viaje es un regalo suyo, lo sé.
Muerte.Vida.Muerte.Vida.Muerte.Vida...
El proceso natural inexplicable al que pertenecemos, cuando lo pienso me siento tan insignificante, inocente, pretenciosa.
Cuando lo siento me invade la inexplicable sensación del vacío y una extraña paz de saber que el reencuentro está aquí, en mis adentros, siempre junto a la fuerza del intento.
Soy parte de eso que se fué, estoy constituida de mil mares y ríos, reconstituida por mi misma en el juego del rompecabezas que aún no conseguí terminar.
Es duro cuando le propongo mente a lo que sucede, es pesada la mochila si me quedo observando hacia atrás o hacia adelante, es tan jodido vivir el presente, me atraviesa una educación a la que no le conviene que sane, que sea, que viva aquí.
Cuando comprendí que este cuerpo ya no es aquél al que maltrataron y utilizaron, cuando profundamente me inundan los amaneceres y la irracionalidad, ahí, en ese segundo, vuelvo a ser feliz, porque están aquí conmigo y estoy con todas ellos bailando, cantando, toda esta eternidad.

Expresar Sana, Me Sana.

sábado, 13 de febrero de 2016

Días.
El viento está furioso, arranca las estructuras de fierro y las desparrama por las calles.
Cae la lluvia y desde la pequeña ciudad descubro aquél ángulo entre las montañas desde donde alguna noche, también de lluvia, me observé desde aquel panorama.
Me voy.
Adiós Sur, adiós hueco emocional llamado valle.
Hermosos días nevados llenos de introspección, gracias, llegué a la conclusión y recordé sabiamente que debía hacer.
Escuchar, si, me escuché.
El miércoles son mis 26 y lo celebraré rodeada de mujeres, las lobas de este año, en círculo, cantando nuestras risas y llantos, savia húmeda, sabiduría intacta, allí, donde la dejé antes de nacer y donde la encuentro hoy y mañana, dentro mío.
Muy dentro mío vive.

viernes, 12 de febrero de 2016

Galopan fuerte en mis adentros, ellos y ellas me acontecen y crean en mi las flores del presente.
Suelto todo aquello que ya no elijo.

domingo, 1 de noviembre de 2015


Desde mis entrañas te extraño y acaricio lo eterno que caracteriza a mi múltiple y etérea forma que
se deforma danzante y cantarina en el oasis de la vida.

Envuélvete, vuelve y déjame volar.
El tiempo es agua y se evapora.