Galopan en mis adentros todas las posibilidades de vida presente, gratitud inmensa al milagro.

Galopan en mis adentros todas las posibilidades de vida presente, gratitud inmensa al milagro.
Aquel destierro nos ha hecho fuertes.

viernes, 21 de febrero de 2014

Recuerdo de aguamarina, rompe mi bolsa protectora de vida.
Visualizo casi integralmente aquel momento traumático e inhóspito de la creación, belleza pura.
Suenan flautas y trasportan mi pequeña alma a un cubículo de huesos, sangre y carne.
Mi cuerpo flota ya formado entre las luces de la creación, comienza la danza.

Muchas escaleras, caminos y un prisma violeta que enciende la bienvenida.

Recuerdo mis ansias de nadar, de agua, de río o de mar, ya los conocía y los deseaba.
Envuelta en celestes gasas tomé mi primer alimento y la varita sonó, lirios, madre, dios, humanidad recreativa y emociones raíces que vuelven y nacen como un hueco en las nubes o una montaña llena de hilos que coronan la llegada de algún ave a lo alto.
Déjate caer.
Déjame en el agua, aquel sagrado río que me protege, mi gran abuelo San Pedro me guía.

Volví a nacer entre arpas y colibríes, entre Jesús y las montañas, Buda acompaña, cada vez más y más repletas de figuras de hace millones de años.

Observé la cascada Peruana, ya la conocía, de aquel día del Aguamarina.
Y sus piedras tronos, canciones de recibimiento.

Bienvenida vida.

((Recuerdo del Abuelo San Pedro Huachuma)

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