Aún no encuentro el blanco, el punto en el que encuentras lo que tanto ansías.
Yo soy esa hoja que deseo que escribas rápidamente lento.
Bébeme, hazme sentir en el extremo, en la punta de tus dedos, como bailarín.
Ahora, déjame, no puedo respirar, el agua dice mi nombre y los niños se ahogan en la marea baja.
El amor es un camino sin retorno, varada en la costa, es el cuadrante con el que nací, pájaro , horca.
Si no sabes mi nombre, por favor, escucha la marea, trae aquél mensaje en botella que hace 5 años arrojé...
Vuela hacia mi, hazme limpia y real, soy vida hecha mujer, la máquina aún no cesó.
Hipnotizada por tu pico, soy una fuente que te espera todas las tardes.
Para que bebas de mi lo que no pude darte en aquel momento, antes de irte.
Dejé mis llaves en tu cabeza.
No olvides mi nombre, ni me piel, ella te recuerda, como un sin fin de diamantes.
Eres aquella roca que arranqué sin permiso y aún me cuesta enterrarla, aún no deseas entrar y yo, me quedaré aquí con tu locura intacta hecha polvo de ninfas.
En tu rostro, hay alguna verdad que brilla, joven, eres irreal.
Soy tu madre, quizás, quizás, definitivamente, mi volcán erupcione solo al final y logremos llegar a ser marinos una vez más...
